Dale a un tonto un lápiz y te estropeará las paredes de tu casa; dale a un impresentable una pelota y te romperá el cristal del coche; dale a un imbécil una pistola y te acabará pegando un tiro; dale un cargo a alguien que reúna esas tres condiciones y verás el desastre que es capaz de crear. Saludos, niñato.

Escrito por Uno de tantos at 1:50 p. m. | Enlace permanente | Comentarios

Me sorprende mucho el revuelo que ha causado estos días en la prensa española (supongo que en la del resto del mundo la cosa será igual o parecida), acerca del pasado nazi de Günter Grass, justo ahora que acaba de publicar su biografía, que lleva el sugerente título de Pelando la cebolla. Sea o no cierto que estuviera en las juventudes hitlerianas o que mostrase cierto apego por el dictador del bigotillo, me parece increíble que todos destaquen algo que sucedió hace más de 60 años, cuando Grass contaba con la madura edad de 17 años. Todos sabemos que con 17 años ya somos personas sin complejos, completamente formadas, que no nos dejamos influencias por nadie y con un criterio personal totalmente independiente… ¡vamos hombre, por favor! Todo esto me suena a una vil estrategia por vender más libros en este tórrido verano. Sólo en Alemania, el libro ya está agostado en todas las librerías. En España, sin llegar a tanto, seguro que también tiene cierta repercusión, pero apelar a hechos tan lamentables de la historia de la humanidad como el nazismo, siempre me parecerá una manera cobarde e ilegítima de hacerse rico. ¡Qué le vamos a hacer!

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Viernes, último día de la semana, la más fría sin duda de este verano. Todavía no sé qué voy a hacer, pero como siga teniendo hoy un día como estos dos últimos en el trabajo, me parece que me voy a dedicar a descansar. Qué barbaridad lo que me han tenido haciendo, esto no ha sido ni medio normal, pero bueno, por lo menos he aprendido cosas nuevas. Pero, claro, a costa de estar superestresado. Espero que las cosas mejore. Luego escribirá, que tengo ahora muchas cosas por hacer y quiero tenerlas hechas a tiempo a ver si luego puedo quedar a eso de las 3. Espero que sí. Saludos.

Escrito por Uno de tantos at 8:45 a. m. | Enlace permanente | Comentarios

- … y mañana, lloverá- me dijeron ayer.
Yo me quedé algo estupefacto. ¿Llover a mediados de agosto? ¿Es eso posible? El mediodía fue dando paso a la tarde; la tarde a la noche; y entre unas cosas y otras me fui a dormir. ¡Vaya! ¡Qué frío hacía anoche! A buscar una manta o algo con lo que taparse. Ya está, ya lo hemos hecho. El hombre ha sido capaz de asentar el cambio climático a escala global. Bienvenidos a los inviernos calurosos (que no calenturientos no me os vayáis a alterar), y los veranos gélidos. A las lluvias estivales y a las escapadas a la playa en pleno mes de enero. Así no hay manera de aclararse. Los que tenemos que currelar en verano agradecemos estas temperaturas, pero este comportamiento del tiempo se aleja de todo aquello que siga los cánones de la normalidad, y por tanto, debería ser algo excepcional, único, que no se repita en años, quizá décadas, pero me temo que no será así. Temblad, Coca-cola, Pepsi, Don Simón y demás compañías de bebidas refrescantes, el futuro se llama café caliente. Larga vida a los coches con dos tubos de escape y a los aerosoles.

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Así que, en este frío día de agosto, se supone que habrá kedada con los del Máster. Digo se supone, porque con lo del puente, aún nadie ha podido hablar para proponer algo. Se supone que será lo de siempre, es decir, una pequeña reunión en una cafetería escogida por alguien al azar, y ale, cerveza va, cerveza viene, hasta que alguien recuerde que el viernes también se trabaja.

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Por lo demás, tras un duro día ayer en el trabajo, hoy espero una existencia tranquila a base de unos cuantos teletipos, alguna que otra foto y poco más. Espero que el cambio climático no afecte también a mi escueta existencia en esta empresa que todo parece indicar que en dos semanas llegará a su fin, cuando se cumpla mi contrato de seis meses el 31 agosto. Saludos.

Escrito por Uno de tantos at 7:23 a. m. | Enlace permanente | Comentarios

Día después de un mini puente en mitad de agosto. ¿Cansado? Para nada. ¿Un poco desubicado? Eso sí, porque lo que está claro es que comenzar dos veces una semana es algo raro… duro y raro. Pero bueno, por lo menos hoy ya estarán el resto de mis contactos del Messenger conectados y harán que la mañana sea mucho más llevadera. Además, qué narices, ya es miércoles y el viernes está a la vuelta de la esquina. Nada, un pequeño esfuerzo que ya en seguida se llega a la meta.

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Hoy a la salida del trabajo tengo previsto, tras un breve descansillo en forma de siesta, realizar las típicas y tópicas compras caseras de todo Rodríguez en pleno período estival. Así que con un poco de suerte llegaré a eso de las 21:00 horas a casa, con tiempo para ducharme, cenar e irme a dormir. ¿Quién fue el %&$/& que dijo que la vida de los jóvenes es sólo disfrute y aburrimiento? Habría que colgarlo, vamos, je, je.

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Todo apunta a que mañana será día de nueva kedada con los del Máster. Eso implica que a eso de las 20:00 horas, entre caña y caña, comentaremos nuestras diversas vicisitudes en estos duros meses de verano, en los que prácticamente todos estamos trabajando por poco dinero, con mucha ilusión y bastante esfuerzo. Lo bueno es que les volveré a ver después de varias semanas sin hacerlo, por varios motivos, una vez porque me fue imposible ir, otra porque no quedamos esa semana. El caso es que tengo ganas, vamos, hombre, así que en unas 30 horas se verá realizado mi pequeño sueño.

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Y con estas penas y alegría comienza esta jornada de miércoles. Por cierto, que en vista de que algunos de vosotros me habéis dicho que os han gustado las dos biografías de deportistas que colgué el lunes pasado (una sobre Ben ‘pásame la papelina’ Jonson, y otra sobre Katrin ‘pásame la papelina y de paso te firmo un autógrafo’ Krabbe), dentro de poco me animaré con alguna otra. Si tenéis alguna petición, decídmelo. Un saludo.

Escrito por Uno de tantos at 7:38 a. m. | Enlace permanente | Comentarios

Como hoy el día no trae demasiadas noticias, por lo que mi trabajo es más bien escaso, voy a contaros la historia del otro gran escándalo de dopaje que sacudió el mundo del atletismo entre finales de los 80 y principios de los 90: el de Ben Johnson. Este nombre ha pasado a formar parte de la tradición cultural a la hora de hablar del doping, y a la mayoría de las personas que les gusta el deporte y que jamás han seguido una prueba de atletismo , por lo menos les sonará y muchos incluso sabrán contar parte de su historia. Vayamos con ella.
Benjamín Sinclair ‘Ben’ Johnson nació en Falmouth (Jamaica) el 30 de diciembre de 1961. En 1976, a la edad de quince años, se traslada a vivir con su madre a Canadá, concretamente a Toronto, y es allí donde empieza a prepararse a fondo como velocista. Con diecinueve años participa en sus primeras pruebas como profesional, llegando a correr incluso contra Carl Lewis, por aquel entonces ya campeón de Estados Unidos. Pero es en 1983 cuando debuta en unos Campeonatos del Mundo, llegando a disputar las semifinales. Un año después, el boicot comunistas a Los Ángeles’84, permitió a Jonson alcanzar un meritorio tercer puesto, igual resultado que cosechó con el equipo canadiense en el relevo 4x100. De nuevo, Lewis quedaba por delante de él en ambas pruebas, arrebatándole la gloria. Algo tenía que hacer para ser mejor que el simpático norteamericano.
Tres años después, en el Campeonato del Mundo de Roma en 1987, unos increíbles 9,83 segundos, coronaban a Ben Jonson como rey de la velocidad. Comienza a rumorearse que esta sorprendente evolución del atleta de color puede ser debida al consumo de esteroides, pero no se puede probar nada, y Lewis debe claudicar ante él.
Al año siguiente, la final de los 100 metros se antoja como una de las más interesantes de toda la historia de los Juegos Olímpicos. En Seúl 1988, se encuentran Carl Lewis, Dennos Mitchell, el británico Linford Christie y el propio Johnson. Cualquier cosa puede pasar. Y los imposible ocurrió. En tan sólo 9,79 segundos Ben Johnson se hacía con el oro y con el récord del mundo de la especialidad. Lewis y el resto de los rivales apenas aguantaron a su ritmo los primeros 20 metros de la final. El nuevo Bob Beamon había tomado las pistas de las Olimpiadas coreanas.
Sólo unos días después, la gloria para Jonson se esfumó. Un análisis de orina probó que el canadiense había consumido esteroides. Se le desposeyó del título, se le condenó a dos años de suspensión y pasó a convertirse en la bestia negra de todo lo que supusiese juego limpio en el mundo del deporte.
En 1991, el atleta volvió a las pistas. Su físico descomunal del pasado había desaparecido. Sus marcas distaban mucho de aquellas que le habían encumbrado. Aún así, en 1993 volvió a ser cazado en otro control antidopaje y fue inhabilitado de por vida. En 2003, un oficial de la lucha contra el doping norteamericano reveló unos documentos en los que se recogía que Carl Lewis había consumido la misma sustancia que Jonson, esteroides, en las pruebas de selección de los Estados Unidos, previas a los Juegos Olímpicos. El nuevo medallista de oro de Seúl’88 también era un tramposo, pero como no se pudo probar su consumo en esa competición mantenía el oro que sí le habían arrebatado a Ben Johnson.
Desde entonces, el canadiense siempre ha defendido que él sí que se había dopado (“He tomado pastillas de todos los colores, aseguró al juez que le juzgó por dopaje), pero que también lo hacían y lo siguen haciendo, los atletas norteamericanos, con el beneplácito de la Federación de Atletismo de los Estados Unidos.
Sea como fuere, Jonson se quedó sin el atletismo, probó sin éxito en otros deportes, como el Football o el fútbol, e incluso llegó a ser contratado como entrenador personal del hijo del presidente de Libia, Muamar Gadafi. Otra vida que la obsesión por triunfar en el deporte ha llevado al más triste de los fracasos.

Escrito por Uno de tantos at 12:34 p. m. | Enlace permanente | Comentarios

Ahora que acaban de terminar los Campeonatos de Europa de Atletismo, se me acaba de venir a la cabeza el caso de Katrin Krabbe, quizá la última gran diosa blanca del Atletismo europeo que reinó, aunque fugazmente, en el mundo. Nacida en 1969 en Alemania Oriental, Katrin destacaba tanto por sus espectaculares resultados como atleta junior (campeona del mundo en 100 y 200 metros lisos), como por su inigualable belleza y simpatía. En 1991, su salto al profesionalismo fue de ensueño. Campeona del mundo en 100 y 200, lo que la valió para convertirse en el símbolo de la nueva Alemania Unificada. La prensa se volcó con ella: protagonizaba portadas, entrevistas en exclusiva, era invitada a las mejores fiestas y cortejada por los hombres más famosos de toda Europa. Sin embargo, los Juegos Olímpicos de Seúl habían puesto sobre aviso a la mayoría de las Federaciones Deportivas Internacionales, que comenzaron a hacer controles antidoping sorpresa a los deportistas. En uno de ellos, realizado en enero de 1992 en Sudáfrica, varias de las reinas y reyes del atletismo alemán fueron cazados: Grit Breuer, Silke Möller, Sigrun Grau, … y, entre ellos Katrin Krabbe. A la velocista se le detectó clembuterol, una sustancia que los ganaderos suministran a las vacas para aumentar su volumen muscular. Según miembros de la federación, Krabbe intentó cambiar en primera instancia sus muestras de orina por otras que llevaba escondidas en la vagina, dentro de un pequeño depósito del tamaño de un tampón. Pero al estar muy vigilada durante la micción, no pudo sino orinar su propia sustancia.
Krabbe fue inmediatamente suspendida por la Federación Alemana de Atletismo, que posteriormente corroboró y amplió la Federación Internacional. En 1994, la atleta sufrió un aborto, al parecer por causas derivadas de este doping. En 2001, ganó un recurso ante la justicia que había impuesto contra la IAAF (Federación Internacional de Atletismo), y recibió una compensación de 1,2 millones de dólares. Pero ya para entonces era tarde: su carrera estaba acabada, su reputación perdida, y su hijo, aquel auspiciado con los efectos del clembuterol todavía en su cuerpo, ni siquiera había tenido el privilegio de poder morir, ya que fue perdido no-nato.

Escrito por Uno de tantos at 9:31 a. m. | Enlace permanente | Comentarios

Esta semana tenemos en España un maravilloso puente, ya que mañana es fiesta. Casi todos mis contactos del mesenger no vuelven hasta el miércoles y van a estar en los sitios más variopintos: playas, parques de atracciones, durmiendo, de compras,... Menos yo, que hoy a las 7 de la mañana he tenido que entrar por la puerta de la oficina dispuesto a estar pegándome con los editores hasta las 14:15 horas. Por lo menos, el atletismo ya ha acabado, ya que, aunque a mí me encanta y he disfrutado como un enano noticia va, noticia viene, también ha sido un poco estresante en algunos momentos entre tanta medalla, tanta final y tanto positivo por dopaje. Esta semana, que parece de transición en el mundo del deporte, dejará paso la que viene al Mundial de baloncesto, en el que, al ser España una de las favoritas para ganarlo, seguro que hará que tenga que hacer noticias sin parar.

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Me parece que, al fin, esta semana podré quedar de nuevo con la diosa, porque ella va a estar menos rodeada de gente.... por fin. El día aún no lo sé aunque todo apunta a que sea entre mediados y finales de semana.

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El sábado resulta que salí hasta que amaneció y los estragos los he notado durante todo el domingo y este comienzo de mañana de lunes. El verano es para eso, pero es en estos momentos cuando uno se arrepiente de haber salido. De todas maneras, ha sido un buen entreno porque en diez días tengo la salida con los del Máster, y esa sí que promete ser una noche memorable, por dos cosas, que de momento me reservaré.
Y con este enigma os dejo de momento. Más tarde más... auqneu no creo que mejor, je, je. Saludos.

Escrito por Uno de tantos at 7:29 a. m. | Enlace permanente | Comentarios

Venía a los Campeonatos de Europa de Gotemburgo a aprender. Llevaba menos de un año corriendo los 10.000 metros y no quería forzarse en esceso tras haberse perdido casi media temporada pasada por culpa de una lesión en la rodilla que le hizo tener que pasar por el quirófano. Sin embargo, hace cuatro días logró clasificarse séptima en la final europea de los 10 km, batiendo el récord de España. Había vuelto Marta. Aquella que hacía sólo cuatro años había logrado proclamarse campeona de Europa en los 5.000 en Munich, dando a España la tercera medalla de oro en la historia del atletimso femenino en nuestro país. Quizá por amor propio, decidió hace un par de días que iba a defender su título hoy, a pesar de llevar varios meses sin correr esta disciplina.
La carrera comenzó con Marta agazapada, como esperando que el esfuerzo de la carrera del martes le fuera a pasar factura. A partir delsegundo kilómetro, la británica Jo Pavi dio un fuerte tirón que seleccionó la final a tan sólo cinco mujeres. Al último 400, llegaron sólo tres, la rusa Liliya Shobukova, la turca y gran favorita Elvan Abeylegesse, y Marta Domínguez. Las dos primeras se lanzaron muy prono al sprint, ignorando las posibilidades de la rubia palentina, quien, desde la cuerda, dio el cambio definitivo, seco y duro, al que ninguna de sus dos compañeras de viaje fueron capaces de responder. A diez metros de meta, fue capaz incluso de esbozar una sonrisa, mirar a los suyos en la grada y levantar el brazo derecho. Sólo ella sabe lo que ha sufrido estas dos últimas temporadas. Sólo nosotros sabemos lo grande que es. Al igual que Paquillo en 20 km marcha hace unos días, Marta ha dado una inmensa alegría a todos los aficionados al atletismo en España, que andábamos cabizbajos tras unos Europeos menos prolijo de lo que esperábamos. Gracias, Marta, y hasta la próxima.

Escrito por Uno de tantos at 8:20 p. m. | Enlace permanente | Comentarios

Cuando comienza el fin de semana, siempre se abre como una pequeña nube llena de esperanza en nuestras rutinas habituales. Al menos eso sucede en mi caso. Da igual que al fin y al cabo sólo sean dos días de nada, o que la mitad del tiempo se esté descansando de los quehaceres del trabajo de lunes a viernes. Es lo mismo, porque por lo menos sabes que hasta el lunes a la hora que te levantes, vuelves a ser una persona sin obligaciones. Además, este martes es fiesta en España. Mucho se han cogido puente con el lunes, pero otro muchos, entre los que me encuentro yo, tenemos que ir ese día a currelar. Pero, al menos, tengo previsto un pequeño viajecillo a Toledo, si todo marcha como debe, hasta el martes por la tarde. Allí he quedado con una persona que coincidió conmigo en la universidad y que hacía muchísimo que no veía. Lo dejaremos ahí.

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A mi querida diosa parece que ya se le va pasando el enfado de una pequeña treta que le jugué hace unos días. Pero en el fondo, yo creo que lo ha agradecido porque hemos vuelto a reactivar las cosas. El nivel cuatro era algo que yo no podía ignorar por mucho más tiempo. A ver si saca un hueco lo antes posible para ponerlo en marcha. Je, je.

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Me voy a jugar un rato al baloncesto, que hoy el día será largo y caluroso y hay que aprovechar esta pequeña brisa mañanera. Saludos

Escrito por Uno de tantos at 9:37 a. m. | Enlace permanente | Comentarios

Mientras 999 de cada 1000 personas disfruta de sus vacaciones, familia real incluida (aunque éstos parece que están siempre en permanente época estival), no puedo dejar pasar la ocasión de dejaros esta foto para el recuerdo, que cada vez que la veo me pregunto por qué tenemos que mantener a toda esta cohorte de vagos y sus prolijos linajes mientras los demás trabajamos sin parar para intentar ser mileuristas.

Escrito por Uno de tantos at 7:28 a. m. | Enlace permanente | Comentarios

Ayer escribí un post directamente en Flickr y, por segunda vez consecutiva, no se me publicó en el blog. Yo creo que algo tiene que ver el que lo abra en Firefox y no en Explorer, pero en teoría no debería ser así. Espero que esté post salga ya por fin. Vamos a ello.

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Saludos a la diosa. Ha estado muy rápida de reflejos. Ja,ja,ja,ja. Aunque vuelva a mi status de caballo, por lo menos ya sé lo que piensa. Ha merecido la pena, aunque me disculpo.

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Por lo demás, en el trabajo ya está todo más tranquilo. De momento, el rumor de que me vayan a echar fue todo una falsa alarma, y aunque no tengo ninguna esperanza de que me renueven cuando acabe este mes, por lo menos quiero tener unas últimas semanas de verano tranquilas, que es lo que parecen que van a ser. Sigo entre mi atletismo, mis partidos de pretemporada y mis previas del mundial de baloncesto, y no parece que vaya a haber nada que sobresalte en exceso las cosas.

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Esta tarde no hemos quedado los del máster, pero sí que he quedado con una amiga mía, que llamaremos vulnerable, para hablar de nuestras cosillas durante una hora. No mucho más porque luego tengo un partido a las 8 y media, y no me gusta llegar tarde a los sitios. Así que, de paso, y como me pilla de camino, iré a dormir con mis queridos padres a la sierra, que así se ponen contentos. En definitiva, un día completo aunque relajado, previo para el viernes y para un finde que veremos qué pinta tien. Saludos.

Escrito por Uno de tantos at 7:18 a. m. | Enlace permanente | Comentarios

Tan bien me encuentro esta semana que después de haber jugado dos partidos este finde, quedé ayer para jugar durante dos horas, de 8 a 10 de la noche. Luego, ya me quedé a dormir en Villaviciosa, con lo que hoy he tenido que madrugar más si cabe. A eso de las 5 y media estaba casi vestido y a punto de coger el coche. Aunque he llegado pasadas las 7 y cuarto, he vuelto a ser el primero en entrar a la oficina, con lo que supongo que la gente seguirá creyendo que he llegado a las 7. De vez en cuando algo sale bien, y cuando eso pasa todo resulta más alegre.

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Ayer comenzó ya el Campeonato de Europa de Atletismo, y fue un día bonito en el curro. Durante seis horas, estuve viendo deporte en la tele, y como debía ir actualizando continuamente las noticias sobre la competición, nadie se atrevió a cambiar de canal. Esta semana se antoja buena también por esto. Menos trabajo, más entretenimiento, más salud.
Por cierto, que ayer conversando en el mesenger con una amiga, me contó una 'sensación', llamémosle así, que tuvo hacia mí un día. Es soprendente como a toro pasado nos enteramos de las cosas el día menos pensado y sin razón aparente. La chica estaba bastante cortada (no en vano tiene novio formal y todo), y yo me reí. Son cosas que pasan y punto. Pero, que queréis que os diga, cosas así también le alegran el día a uno. Eso está claro.

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Ayer también me reí porque parecí durante cinco minutos el consejero de deportes de la empresa. Se pasó un chico que quería saber si podía jugar un partido de pádel esta semana; al rato otro que quería saber si iba a ir al gimnasio; y por último, otro para ver si había baloncesto esta semana. Se habrán enterado de que estoy en plena forma, porque si no, no me lo explico. A las tres cosas he dicho que sí, quizá debería hacer un curso de esos de autoayuda para aprender a decir no de vez en cuando, pero lo cierto es que me apetece hacer las tres cosas. Veremos dónde acabo, si en el hospital o en el manicomio. Je, je.

Escrito por Uno de tantos at 7:39 a. m. | Enlace permanente | Comentarios